Los putos políticos y la madre que los parió

Cada día me es más dificil hablar de la clase política sin hacer uso de algún tipo de exhabrupto. Por eso he decidido colocarlo de saque en el título y a ver si así, una vez desahogado, consigo escribir sin que se me escape ningún taco.

Esta mala folla mía es producto de la guerra abierta entre partidos que han convertido la vida parlamentaria en una perpetua campaña electoral. Nada de lo que hacen o dicen queda al margen de esta visión simplista de la política con la que pretenden conseguir nuestro voto: inaguraciones a la carta(falsas si es necesario), manipulacion de medios de propaganda privados y públicos, utilización del poder judicial, pactos contra natura, creacción de falsas polémicas, etc... Todo vale con tal de sumar votos.

Pero lo que más me molesta es que usen un tono y un vocabulario macarra más propio de los debates de Gran Hermano que de los depositarios de la soberanía popular. ¿Verdad que nadie en su sano juicio votaría a un tipo como Kiko Matamoros?...
Eh, bueno,...hay quien votó a Ruiz Mateos o a Jesús Gil. Mal ejemplo.

La verdad es que no sé si los políticos son reflejo de nuestra sociedad o han sido ellos los que nos han instalado en el tribalismo más primario: "O eres de los míos o nada de lo que puedas decir tiene el más mínimo valor". ¿A nadie más le sorprende que no se respete el turno de voz en el Congreso o que el orador vea interrumpido sus discurso constantemente con chascarillos, abucheos y hasta insultos?. Estos tipos más que depositarios de la soberanía popular son una horda de hooligans borrachuzos incapaces de razonar. ¿Les veremos algún día lanzarse sus propios excrementos unos a otros cual gorilas cabreados?

Ya sabemos que no son honestos, pero es que además son lerdos. Ha bajado tanto el nivel que hace unos días un concejal que no había participado del pastel de unas recalificaciones de terrenos exigía su parte: "Somos 11 a repertir y yo quiero mi 11%" ¡Qué alguien le enseñe a este lumbreras que la onceava parte de un todo no es lo mismo que el 11% de ese todo!

El único remedio que se me ocurre para poner fin a esta lacra es instaurar un Carnet por Puntos para Políticos. De saque todos parten con 12 puntos. Se restan 1 punto por dejación de funciones o por manifiesta estupidez (Clos iba a durar 12 días), 3 por cada salida de tono (Acebes duraba 4), 6 en caso de mala gestión (el 90% en 2 días en la calle) y 12 puntos e inhabilitación por casos de estafa, cohecho, prevaricación o corrupción (se iban a llenar las listas del INEM de ex-concejales de urbanismo).

Calculo que en un par de años habría tantos ceses que cualquiera de nosotros podría aspirar a ocupar un cargo público; como si viviésemos en una verdadera democracia. No en un coto privado como pretenden los políticos "profesionales".